Bueno, ya estamos de vuelta después de unas estupendas vacaciones!!!
Como la mayoría de vosotros ya sabréis, querer disfrutar de un día de playa u ocio con tu perro es un lujo que a día de hoy casi nadie nos podemos permitir en España.
Para muchas familias esto no supone un gran problema ya que se deja al perro en casa y listo, pero para los que vivimos con nuestros animales considerándoles como un miembro más de la familia, es un verdadero fastidio.
Por un lado porque te condiciona en cierto modo las vacaciones y por el otro porque a nosotros nos “duele” el desprecio hacia nuestros animales.
Como acabamos de venir de vacaciones, nos centraremos en el tema de las playas.
Creemos que hay dos problemas fundamentales por los que existen estas prohibiciones: las cacas y el comportamiento de tu perro.
CACAS
Estamos de acuerdo en que los perros no preguntan dónde y si pueden o no hacer caca y que eso pueda ocasionar molestias a las personas de tu alrededor, pero a riesgo de ser políticamente incorrecto, los niños y muchos adultos maleducados tampoco.
Sería más que razonable poner multas cuantiosas a la gente que no recoge los excrementos de sus perros, dentro y fuera de la playa, porque yo soy el primero que está asqueado de andar por las calles esquivando cacas y que no querría tener que hacer lo mismo en una playa.
Pero todos tenemos claros que la solución no es prohibir que los perros salgan a la calle, verdad? Pues ese mismo razonamiento debería aplicarse a las playas.
¿Acaso está prohibido comer y beber en las playas? ¿Y fumar? Porque yo estoy harto de encontrarme los restos de los demás (latas, bolsas, restos de comida, pañales usados, compresas, etc.). ¿Alguien multa a esa gente?
Vistos los resultados podríamos decir que NO.
¿Y qué decir de las terrazas para tomar una cerveza? ¿Y de los centros comerciales?
COMPORTAMIENTO
Es evidente que hay mucha gente que tiene perros y que no invierte ni 10 minutos en educarles. La culpa, ya sabemos que es de los dueños porque no olvidemos que los animales no se rigen por nuestras normas cívicas, ni saben qué es eso.
La consecuencia de esa dejadez es tener perros pesados, desobedientes y excesivamente curiosos. Por supuesto, entendemos perfectamente que hay personas que han tenido malas experiencias con perros, les tienen miedo y, por tanto están en su derecho de no querer que tu perro se les acerque. En esos caso una buena educación es vital y permite controlar al animal para que pase totalmente inadvertido.
Como reflexión de este post, simplemente decir que como dueños de perros, entenderemos que se establezcan normas y controles para que los perros no alteren la convivencia en lugares públicos. Multas por no recoger cacas, entrevistas personales con los dueños para obtener un permiso e incluso cursos obligatorios de obediencia, etc.
Todo eso es comprensible y razonable pero prohibir a una mascota entrar en un lugar público, seguimos pensando que es un error.
En general creemos que la mejor norma de controlar la convivencia no es prohibir, sino establecer normas y velar porque todo el mundo las cumplamos. Como hemos mencionado en este mismo post, lo que decimos no es utópico, es algo que funciona y muy bien en muchas sociedades más avanzadas que la nuestra.
Francia, Andorra, Portugal, UK, Alemania, EE.UU…. Todo lo que reclamamos para nuestros perros lo hemos visto con nuestros propios ojos en estos y otros muchos países. Allí nadie se pregunta si su perro puede pasar a algún sitio, hasta ahí podíamos llegar. Tal vez cuando eso ocurra aquí, podamos presumir de ser una sociedad avanzada.