Todos hemos sufrido alguna vez algún perro de nuestros vecinos, que no para de ladrar a todas horas.
Por supuesto esto siempre resulta molesto, a cualquier hora del día, pero es mucho peor si ocurre durante la noche.
Nosotros vivimos prácticamente al lado del campo, en un adosado. Los que vivís en este tipo de casas, entenderéis lo que vamos a comentar.
Un chalet adosado, a diferencia de un individual, tiene vecinos a ambos lados y normalmente los jardines no es que sean de 1 Ha precisamente. Esto quiere decir que las precauciones que debes tener en cuanto a ruidos son casi las mismas que en un piso.
Es muy común que los dueño de perros piensen que con un pequeño jardín o incluso una terraza grande, tienen el tema de salidas casi resuelto. Sentimos deciros que no es así. Por mucho terreno que tengas en casa, tu perro lo considerará siempre como suyo, probablemente no haga sus necesidades y por supuesto no te libra de sacarle exactamente el mismo tiempo que quien tiene un estudio de 30 metros cuadrados.
Por esa razón, es habitual encontrar perros ladrando en las urbanizaciones. Primero como perros por defender su territorio y segundo porque la mayoría de ellos no se ejercitan como deben y tienen bastante energía acumulada.
Esto por el día, molesta e incluso intimida a algunas personas que pasan al lado. Pero claro, luego llega la noche.
En inviernos la cosa es más llevadera porque dormimos con la ventana cerrada pero y en verano? Nosotros tenemos más de un vecino que tiene a sus perros fuera toda la noche.
Evidentemente no culpamos a los pobres perros porque ellos no molestan a conciencia, pero es increíble que en general haya tan poca educación cívica como para no darse cuenta que los ladridos de tu perro molestan en el silencio de la noche.
No obstante, tal y como ya os comentamos en un post anterior, normalmente cada ayuntamiento tiene un reglamento de animales de compañía en el que casi siempre se especifica que los perros no pueden estar sueltos en el exterior todo el día y mucho menos pasar las noches fuera por tema de ruidos.
Independientemente de esto, nunca debemos olvidar que al igual que con los niños, los perros son de uno y nadie tiene porqué aguantarlos.
