Aunque cuando tienes a tu cachorro en casa, ves muy lejano el momento de la vejez, todo llega 🙂

Juni acaba de cumplir 8 años y Thor tiene algo más de 11. El tiempo pasa y la fauna se nos hace mayor.
Lo primero que queremos decir es que realmente hay que cambiar el chip. Es obvio que tu perro será cada vez menos ágil, más sedentario y que aquel vigoroso e incansable animal se va poco a poco convirtiendo en un viejito.
Pero el mejor consejo que os podemos dar es que eso no es malo, bendita vejez. Hay mucho perros que no llegan!! Se trata de una etapa más en la vida de tu perro y no hay razón para hacer un drama de ella.
Hay que disfrutar de tu perro porque en esta etapa posiblemente es cuando te sientes más compenetrado con él, cuando ves que realmente casi con mirarle, te entiende. No hace falta hablar, sois un tándem prácticamente perfecto.
En siguientes posts, os hablaremos más concretamente sobre algunos aspectos pero no queremos dejar de pasar la ocasión sin comentaros algunas precauciones que son buenas. No es cuestión de obsesionarse sino de vigilar ciertos aspecto:
- Dientes y encías: como es obvio, a tu perro se le van desgastando los diente y a partir de los 9-10 años, hay que vigilar ese desgaste para adaptar comida y premios a su capacidad de masticar y para vigilar que no tenga problemas de encías.
- Torsión de estómago: si tienes un perro mediano o grande, es un problema que conviene vigilar. Con el tiempo, la musculatura que sujeta el estómago tiende a tener mayor laxitud y esto provoca que cuando el estómago se llena y trabaja, sea más factible que pueda retorcerse. Dolor, intranquilidad y empalidecimiento son los síntomas más frecuentes. Si detectas esto, tienes que ir urgentemente al veterinario porque cogido a tiempo y con cirugía, se soluciona pero si no, puede causar la muerte de tu peludo. Como medida para prevenir, aconsejamos que los perros coman 2 o 3 veces al día, en lugar de hacerlo una sola vez
- Cadera: al igual que ocurre con las personas, tu perro con el tiempo desarrollará en mayor o menor medida artrosis. Es algo relativamente normal y cuando ocurre lo que hay que tratar es de que tu perro tenga el mínimo dolor. Para saber si tu perro tienen o no dolor, es muy importante la observación. Ya hablaremos más adelante de los síntomas concretos en un post dedicado a ello.
- Columna: aquí es importante tener presente que si tienes un perro activo y generalmente de tamaño mediano o grande, con el paso de los años puede producirse artrosis que desgasta los discos intervertebrales o se pueden formar los conocidos picos de loro, en los que básicamente se forman uniones entre las vértebras con el objetivo de mejorar la estabilidad de la columna. Esto provoca que pueda comprometerse la médula y puedan tenerse problemas leves de retraso de respuesta o incluso invalidez. Hablaremos de todo ello más adelante en un post dedicado.
- Estado físico: como es obvio, tu perro estará cada vez menos activo con la edad y los ejercicios que antes hacía sin problema, cada vez le costarán más, Es importante que seamos observadores y que adecuemos el ritmo y el tiempo de paseos y salidas a las necesidades y facultades físicas de nuestros peludos.
- Ojos: con el paso del tiempo los perros suelen perder capacidad visual. Bien por cataratas o también, en el caso de algunas razas, por cuestiones autoinmunes, que generan el crecimiento de una especie de tela más opaca, que se conoce como panus. Es importante vigilar estas cosas porque los problemas de visión pueden tener una repercusión en el comportamiento, ya que obviamente la confianza del perro cuando no ve bien, disminuye.
- Riñones. hígado y aparato digestivo: no viene mal que estemos atentos a los pises y las cacas de nuestros perros, dado que a veces pueden darnos pistas importantes. Por supuesto, no son un marcador claro y preciso de nada pero si pueden suponer un primer síntoma. Si las cacas son como siempre, compactas pero con jumedad, si los pises tienen color y son de la cantidad habitual, si tu perro vomita, si tiene o no apetito, si le huele mal el aliento. Este tipo de síntomas, pueden potencialmente tener un motivo. Para todo esto, lo que os aconsejamos es que una vez cumplidos los 8 años, al menos una vez al año llevéis al peludo a hacer una analítica, aunque nuestra recomendación es tratar de que sean 2 a partir de los 10 años porque a esas edades para un perro 6 meses es mucho más tiempo que para una persona.
- Disfunción cognitiva: podemos afirmar que esto es como el Alzheimer de los perros. Cuando se hacen mayores, sus capacidades cognitivas se ven disminuidas como las de cualquier ser vivo. Lo que debemos estar atentos es de que esa disminución sea excesiva y que tengamos un perro que pierde la capacidad de hacer lo básico. Hablamos de darse con las paredes, de no hacer ni caso ni a otros perros ni a personas conocidas, de no ser capaces de moverse con una mínima soltura de acuerdo a su edad, etc… A este punto igualmente le dedicaremos un monográfico, explicando bien todo.
Por supuesto, la idea no es estar con la paranoia ni mucho menos sino que estemos atentos por si alguno de estos síntomas u otros aparecen.
Entretanto disfruta la vejez de tu perro como una etapa más en su vida y disfruta sin penas de su «nuevo comportamiento», menos efusivo y mucho más cabal. Como en todas las etapas, tu amigo peludo seguro que te sorprenderá y que será capaz de seguir siendo tan especial para ti.
Nuestro Thor está ya en esa etapa, en la que sin mirar ya sabe lo que quieres, está tranquilo, pasea tranquilo, se cansa con mayor facilidad y es feliz de otra manera. Nosotros estamos muy felices porque siga estando muy bien para su edad, con sus achaques, pero que sobretodo siga disfrutando de vivir, siga correteando cuando ve un conejo y se siga alegrando cuando llegamos a casa, a pesar de que sea la duodécima vez en 30 minutos que nos vio 🙂