Resulta muy difícil hacer esta reflexión de manera fría pero sin más preámbulos hay que reconocer que de sabios es rectificar y que nunca es tarde para cambiar algo cuando lo estás haciendo mal.

Todos hemos vivido siempre en un país donde los perros son más bien un objeto que habitualmente utilizamos o bien para trabajar o bien para sentirnos nosotros mejor, pero muchas veces no reparamos en que son seres que sienten y padecen y que como tales, merecen ser tratados con respeto y buenas formas.

Hemos de reconocer que en España no hay una cultura avanzada de tenencia de perros, como pueda haberla en otros países como EE.UU, Bélgica, Alemania, Holanda, etc..

Aunque cada día hay más rechazo al maltrato animal, queremos dedicar este post a concienciaros a todos los que tenéis perro de que aparte de las horribles cosas que puedan verse hoy día por internet, hay otra clase de comportamientos del día a día que hemos ido asumiendo y heredando del pasado, que si bien no son crueles, también pueden considerarse maltrato, en la medida en que perjudican la relación con tu peludo, le hacen pasarlo mal o le generan estrés.

Y en este contexto debemos decir que nosotros nos hemos equivocado durante años.

Siempre hemos puesto el mayor entusiasmo y esfuerzo en ser los mejores dueños de perro, proporcionándoles la mejor comida, el mejor cuidado, las mejores camas, ejercicio, etc… pero nos olvidamos de lo más básico, el trato con ellos, su educación, el afecto…

Todos los que tenéis perro podréis haceros una idea de lo que duele reconocer que has estado perjudicando a tu mejor amigo. Por supuesto los principales responsables somos nosotros pero como este post va de contar nuestra experiencia, queremos argumentar el porqué de nuestros errores, para que vosotros que nos estáis leyendo, podáis aprovecharos de esta experiencia para no cometerlos.

Cuando Thor tenía 6 meses, quisimos preocuparnos por buscar asesoramiento para educarle. De esto hace ya 9 años.

Por aquel entonces, todos los adiestradores que encontramos en internet, utilizaban métodos poco amables, collares de ahogo, de castigo, tirones de correa, etc..

La cuestión es que tú, que has tenido antes perro en casa con tu familia, te quedas pensando en que esto no te cuadra, pero son tantos años de ver esto por la calle y en general, que si te lo dice un profesional, piensas que será verdad, para eso le pagas.

Pues bien, queridos amigos, NO. Eso se llama someter,amedrantar e imponer. No es bueno, no lo hagas.

Tienes que llamar a un educador en positivo. No es adiestrador porque antes de adiestrar, es mucho más importante educar. Y no es sólo educar a tu perro, sino educarte tu. Se trata de que ambos aprendáis a comunicaros, a entenderos, a mostraros vuestras normas para una convivencia feliz y agradable para todos.

Eso se enseña sin imponer, jugando, sin castigos, sólo con amabilidad y con empatía.

Recuerda siempre que tu perro si no te obedece, no lo hace por JODER, posiblemente lo hace porque no entiende qué quieres. Su máxima en la vida es conseguir tu aprobación pero necesita saber qué hacer para  tenerla.

Busca un profesional en positivo, sé amable con tu perro, aprende a pedirle las cosas de forma que las entienda y os aseguramos, por experiencia propia, que tu perro será más feliz, estará más contento….y TÚ TAMBIÉN!!!

Y mientras haces esto, te darás cuenta que esta filosofía empática y positiva, puede mejorar en general tu perspectiva de la vida, no sólo con los perros sino también con las personas.

No te conformes, no cometas nuestros errores y aprovéchate de nuestra experiencia. Y si ya lo has hecho, nunca es tarde, nosotros lo hemos hecho y lo importante es que cambies cuanto antes y corrijas tu actitud. Ánimo!!!!